Acabas de dar un paso importante para mejorar y potenciar la comunicación de tu marca gracias a la comunicación corporativa. ¿Y esto qué significa? Diferenciarte de la competencia y tener una marca fuerte, que genere confianza y tenga reputación. Sí, también significa clientes y más ingresos.
¿Tu marca no es conocida? La comunicación corporativa te ayuda.
¿Sabes qué imagen transmites a tus clientes? La comunicación corporativa te ayuda a saberlo.
¿Has generado confianza entre tus públicos de interés? (Seguro que sabes lo que sigue…).
¿Cómo se consigue? Saliendo en los medios de comunicación, controlando el mensaje y la imagen que transmites a través de la web, los emails, cómo respondes al teléfono, cómo hablas a tus clientes, qué material les entregas… En resumen, planificando y usando la comunicación de forma estratégica.
Supongo que te habrás dado cuenta… Sí, TODO comunica. Incluso cuando piensas que no comunicas, también lo haces. Así que, puestos a comunicar, mejor controlar el mensaje y la imagen que se crea en el cerebro de tus potenciales clientes, ¿no lo crees así?
¿Cuál es el primer objetivo comunicativo de muchas marcas? Ser conocidas y generar confianza. La falta de conocimiento de la marca es un problema repetitivo en muchas empresas.
Sin conocimiento no hay confianza. Sin confianza no hay compra. Permíteme plantearte una pregunta. ¿Qué prefieres un Seat o un Volkswagen?
¿Qué te ha hecho decidir? ¿La experiencia que has tenido con alguna de las marcas? ¿Algún conocido te ha dicho que es mejor una que la otra? Al fin y al cabo estamos hablando de un coche con sus cuatro ruedas, volante, cambio de marchas y motor.
Pues bien, ese intangible (un «algo») que te hace tomar la decisión es la materia prima con la que trabaja la comunicación: las percepciones. Te doy la bienvenida a una nueva manera de ver tu mundo, tu marca y tus clientes.
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